Hola, hoy vengo a contarte la interpretación y el simbolismo de que el Museo de Estelas de Abaurrea Alta – Abaurregaina sea un laberinto.
Encontrarse con un Museo-Cementerio-Laberinto es algo inesperado, sorprendente, asombroso. Estamos en el Valle de Aezkoa, que está integrado por pequeños pueblos de montaña e interminables bosques. Son pueblos poco masificados, tranquilos, en donde la gente sigue viviendo de la agricultura y de la ganadería.
¿Qué pinta aquí un laberinto? ¿Cuándo se hizo? ¿Cuánto costó?
El laberinto del Museo de Estelas es una intervención paisajística realizada por la empresa de paisajistas Humus Sapiens S.L. su explicación fue la siguiente:
Para ellos el laberinto es un lugar oscuro y misterioso. Es un recorrido repleto de incertidumbre que no sabemos a dónde nos llevará. Representa la oscuridad de los seres vivientes antes de nacer.
El jardín del museo
El laberinto desemboca en un jardín, es un espacio más amplio desde el cual no percibimos el camino recorrido y sólo tiene una dirección posible: avanzar. Hemos nacido y estamos en el “Jardín de la Infancia”.
Desde el Jardín de la Infancia, accedemos a la pasarela de la Juventud, desde la cual empezamos a tener perspectiva del asunto. Bajo nuestros pies queda la infancia y de nuevo una única dirección posible.
La pasarela de la juventud
Desde la pasarela de la Juventud llegamos a unas tortuosas escaleras de caracol. Son oscuras, angostas, algo mareantes, parecen no terminar nunca… simbolizan la Adolescencia.
Finalmente, llegamos a la parte más alta, la pasarela de la Madurez, desde la cual hay una visión global del conjunto; bajo nuestros pies el laberinto, alejada la infancia, la juventud, la adolescencia… y al otro lado vemos lo que nos espera… a la altura de nuestras cabezas está el tejado de la iglesia y el imponente paisaje que rodea al pueblo de Abaurrea Alta – Abaurregaina; Además de algunos tejados y casas, llegamos a ver los montes Baigura, la sierra de Areta, Mendizorroz y varios campos y bosques cercanos. Nuestra visión es amplia y clara durante la madurez.
El recorrido y la experiencia termina descendiendo suavemente la rampa, viendo el mundo y la vida desde otra perspectiva durante la vejez.
La flora del laberinto se compone de abedules (Betula pendula), violetas (Viola odorata), siemprevivas de los tejados (Sempervivum tectorum), fresas (Fragaria vesca), sobre la fachada de la pared de la iglesia crece majestuosamente una hortensia trepadora (Hydrangea petiolaris).
Las paredes están cubiertas por hiedra (Hedera elix) y algunas clemátides (Clematis vitalba, Clematis montana)
Junto a las estelas destacan unas cintas negras, son unas plantas ornamentales japonesas llamadas Orphiopogón planiscapus, u Orphiopogón nigrescens.
El jardín de la Infancia es un espacio en donde predomina el boj (Buxus sempervirens), las vincas (Vinca previnca) y algunas plantas de la familia de la calabaza que aún no sé como se llaman. Una clemátide (Clematis montana) crece espléndida cubriendo la pérgola del nacimiento, asciende a la pasarela de la Juventud, se enrosca en los abedules y aún se las apaña para buscar la luz y hacerse notar en las escaleras de la Adolescencia.
Hay otros detalles, los más observadores notarán que el Jardín de la Infancia no es del todo llano y tiene una ligera inclinación ascendente que superamos sin dificultad, casi sin darnos cuenta. Si estamos extenuados tenemos el apoyo de los bancos, que simbolizan el apoyo que nos da la familia durante la niñez.
Detalles técnicos del laberinto.
La obra comenzó en 1996 y finalizó en el año 2009. Tuvo un coste de 320.000 euros, de los cuales 240.000 fueron aportados por Turismo Navarra a través de fondos europeos. La entidad de desarrollo rural de la zona, Cederna Garalur, consiguió la financiación de 36.000 euros y la ya extinta Cada de Navarra, a través de su programa CAN “tú elijes tú decides” recaudó 15.000 euros.
El ayuntamiento de Abaurrea Alta, a través de los impuestos repercutidos a los vecin@s, se hizo cargo de 29.000 euros de los gastos de ejecución.
La parte aérea es de acero inoxidable de alta densidad. El mismo material es empleado para proteger las estelas. Las lamas del laberinto son de un material canadiense llamado Perfect dect, son una mezcla de resina y viruta de roble. Es un material muy adecuado que no transmite calor, lo que facilita la adherencia y el crecimiento de las trepadoras.