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La historia del Museo de Estelas comienza en el año 1237

Cuando el rey Teobaldo I (conde de Champagne y Rey de Navarra) funda el pueblo y le da identidad propia. Los pobladores del lugar tenían un templo de culto, la ermita de San Miguel, y próximo a esta estaría el antiguo cementerio del lugar, probablemente señalizado con una estela discoidal.

Con la construcción de la iglesia de San Pedro, próxima a las vías principales en el S.XV, cambia el patronato del pueblo y el cementerio se traslada junto a la iglesia. Es entonces cuando se fabrican algunas de las estelas que se pueden ver en el Museo.

La utilización del lugar como cementerio trascurre desde el S.XV hasta el año 1918.

En 1919 comenzó el cementerio actual

El cementerio actual del pueblo está situado a las afueras del pueblo, dejando así el antiguo cementerio sin actividad y sin mantenimiento. Con el paso del tiempo se cubrió de maleza y las obras en edificios colindantes generaron movimiento de tierras que cubrieron parcialmente las estelas.

Este rincón estuvo descuidado y los mayores lo recordaban como el zarzal al que se les escapaban las pelotas cuando jugaban en el frontón (que por aquel entonces era la pared del campanario de la iglesia) o a donde se escapaban a jugar los chiquillos con ayartes, el nombre que reciben las lianas de las clemátides locales.

laberinto del museo de estelas

En 1991 el alcalde del momento desbroza y libera una estela

Bajo esta estela estaba enterrado un hermano de su abuelo, según le habían contado en casa, muerto de niño, que sería el último enterrado en aquel cementerio. Un vecino veraneante en el pueblo al ver la estela la identificó y dio parte de ella, aprovechando que próximamente se realizaría un congreso de Estelas Discoideas en el Museo de Navarra, en Pamplona.

Esto sirvió para que el ayuntamiento de Abaurrea Alta (Abaurregaina) trazara un plan para la puesta en valor de su antiguo cementerio y de las estelas que allí sobresalían. El proyecto salió a concurso y la propuesta ganadora fue la realizada por el grupo de paisajistas Humus Sapiens, artífices de, entre otros, el jardín de los Sentidos de Noain. Los paisajistas proponían la creación de un laberinto con pasarelas a diferentes alturas. El laberinto debía respetar la ubicación original de cada estela y ser un reclamo turístico original y diferente. El proyecto fue financiado con fondos europeos, con la campaña de caja navarra “tú eliges, tú decides” y con los fondos del ayuntamiento.

Las obras transcurrieron desde 1995 y el laberinto fue inaugurado en 2008. Lamentablemente, pese a haber sido apoyado desde el departamento de Cultura y de Turismo no existía un plan de viabilidad ni de mantenimiento y el ayuntamiento experimentó con varias fórmulas para su gestión en los sucesivos años.

En 1914 una vecina del pueblo que tenía un blog cultural quiso escribir sobre la colección de estelas del pueblo. Tras acudir a las fuentes oficiales (archivos del ayuntamiento, solicitudes al gabinete de arqueología, etc.) halló la información relativa a la obra paisajística, pero no encontró información sobre las piezas expuestas. Así que se ejecutó un plan para inventariarlas y catalogarlas con ayuda de expertos en la materia.

El trabajo de inventariado y catalogación de las piezas se presentó a los vecinos del pueblo. El ayuntamiento acordó derivar la gestión a la particular y el recinto se transformó en el Museo de Estelas.

tres estelas del museo de estelas en fila

La cronología del Museo de Estelas

Desde el S.XV hasta el año 1918 se utiliza como cementerio de manera ininterrumpida.

A partir de 1919 queda en desuso. En 1950 los chavales lo recuerdan como un zarzal. También se registra su uso como corraliza en donde se encerraba al ganado perdido o incautado.

En 1991 el vecino y alcalde deja a la vista una de las estelas, otro vecino la ve, la identifica y da parte de ella en el Congreso de Estelas Discoideas. En 1995 comienzan las obras para la adecuación del recinto.

En 2008 se inaugura la obra paisajística bajo el nombre de “Jardín de Estelas”. En este periodo el valor y el peso de la explicación recae sobre el simbolismo del laberinto y de las pasarelas. Las estelas son elementos decorativos secundarios sobre los que no hay información.

En 2014 se cataloga la colección cementerial hallada en el lugar.

En 2016 se musealiza el recinto. El peso de la explicación pasa a centrarse en las estelas, su simbología, su significado y la información que arrojan sobre los gustos y modas que se reflejan en este arte popular.

Desde entonces miles de personas han podido vivir una experiencia lúdica, inmersiva y emocionante que les conecta directamente con el pasado, con la cultura y la historia del pueblo de Abaurrea Alta – Abaurregaina, balcón del pirineo, el pueblo a mayor altitud de Euskal Herria que presume de albergar el único museo-cementerio-laberinto del planeta.

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